Largos paseítos
el niño perdido
y viajecitos a la playita o al campito;
costas + secano
bañitos en agüita fresquita;
el ahogado
aún más ahogado
ir de marchita y echarse unos bailecitos;
Bailantes
hacer nuevos amiguitos o encontrarse viejitos;
leer (o mirar cómo leen) esos libritos ligeritos o ver cómo cae el solecito;
descuidar tus pintitas; ir a terracitas y fiestecitas de pueblito;
quedarte en casita y mirar por la ventanita.
En otoño las cosas vuelven a la edad adulta y a su tamaño real.
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