El cuadro está hecho con elementos pegados en aparente desorden. Pues claro. Papeles, tintas e historias como caídos al azar por las diagonales. Así somos.
Al principio fue un mapa. Por supuesto. Una tabla con un mapamundi heredado, recuerdo de los fantasmas buenos.
Un profesor estaba dando clase en el último piso de la universidad, hablando de intervalos de confianza y paranoias de ese calibre mientras miraba por la ventana, y vio, allá abajo, una ballena en la bahía. Detuvo la clase y celebró con sus estudiantes. No ha vuelto a ocurrir. Y eso que mira mucho al mar.
El tipo siempre caminaba con un mapa (o un plano, cómo se dice) en la mano. De su ciudad. En su ciudad. Cuando quedaba con ella, llevaba un atlas de anatomía. Láminas de órganos.
Tocar el Pacífico en Carelmapu, darte la vuelta, correr hasta llegar a Puerto Madryn, tocar el Atlántico.
Mi ballena tiene piel de mapas y un ojo triste.
Suena música: Llévame hasta el mar (Aunque usa esa cursi y cohelista palabra que es "soñar", y no, la limpia, elegante y paradista, "inventar")
Hay un libro que habla de una ballena y que tal y cual...pero no habla del cuadro sino del proceso, y eso es otro cuento...
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