viernes, 29 de enero de 2016

La eternidad




En un pueblo de allá por la la costa suiza un viejo pintor. 

Encantador y callado, sin dar la paliza.
Pretendía vivir a su manera, que era: 


Mirar, inventar, y pintar lo que hubiera inventado: un tejado, una cúpula, o una lectora, que también le gustaba pintar.

Y mirar lo que hubiera pintado -una cabeza, un funambulista o una lectora-, disfrutar del placer de mirar y pintar y volver a mirar.
E invitar a mirar al que hubiera pasado; por su casa, su estudio, o la zapatería noviembre, donde también le gustaba pintar. 
Y después de mirar, disfrutar y mirar; borrar, blanquear, limpiar, olvidar lo que hubiera pintado: un equilibrista, un tejado o una lectora, que también le gustaba pintar.



Y una vez blanqueado, borrado y olvidado; empezar otra vez, a mirar e inventar y a pintar, sólo para disfrutar. 
Cada vez, empezar desde cero 








Jorgito, tienes que comprar!. Me dicen



martes, 26 de enero de 2016

Noviembre

Estoy por aquí. O dicho en inglés, the man comes around 


Aquí es Salamanca, claro. 
Deambulando encontré una pizarra y unas tizas. Podría haber escrito el cálculo los coeficientes del modelo de regresión múltiple con el método de la máxima verosimilitud (soy muy capaz), pero hice dos dibujitos de los míos:
Un pájaro incompleto e indeciso.


Y esa idea de los globos que ya hice alguna vez.


Seguiremos intentando.








Alrededor de la pizarra y las tizas, hay gominolas, el pez punki escuchando iron maiden, café, padres de hijo de futbolista, botas del color de las banderas, exalumnos maristas en nuestro mejor momento y un amigo con un maquiavélico plan para aumentar  la práctica del sexo en Salamanca.

Noviembre es el nombre en clave de la operación, y su idea es vender zapatos de niño tan bonitos (y que no modifican la pisada!!) que la gente se vea obligada a correr hacia sus casas (o donde sea) a acostarse (o como sea) con su pareja (o quien sea) para tener niños a los que calzar.


Deberías colaborar.


miércoles, 6 de enero de 2016

LA ABSOLUTA NADA


No soy un señor con barba que se sienta en un monte en algún lugar de Grecia a mirar caer el sol sobre el mar y pensar, sino un señor con barba que se sienta en su despacho en algún lugar de Los Lagos a ver caer el temporal sobre los árboles y entrecerrar los ojos para parecer que piensa más fuerte. 
Y recuerdo que el ocio, el tiempo por rellenar, es la causa principal del avance de la civilización (psss!! ¡¡¡que lo dice Aristóteles!!!)

Como trabajo (porque quiero), no tengo mucho tiempo (que rellenar). Como no tengo mucho tiempo, no pienso (en mis tonterías). Como no pienso, me embrutezco (me hago aplicado). Como me embrutezco, no invento (mis dibujitos). 
Según pasa el tiempo, me alejo (del tiempo por rellenar, de mis tonterías, de mis dibujitos). Como el ahogado del dibujo. Cada vez más lejos.










  Así que miro por la ventana, entrecierro los ojos, y veo LA ABSOLUTA NADA